InDIARIO DE VIAJE, PERU

MACHUPICCHU: PERFECTAMENTE IMPERFECTO

Machupicchu

Sitio predilecto de turistas, y eso ya rechazaba un poco nuestra atención. Tal vez por miedo a vernos atrapados en un lugar atestado de gente, sin privacidad, sin intimidad y la dificultad de sentir la energía de allí. Para muchos el Machupicchu significa su fuente de dinero, para otros, un lugar en su mapa de ruta y su consecuente pago lo que sea para vivir esta experiencia. Para nosotros un lugar de meditación, de reflexión y de silencio. ¿Cómo lo encontraríamos en un espacio que recibe 1.500 personas por día? En el CAMINO…

Tomá nota si querés conocer el Machupicchu!! Les contamos que hay muchísimas formas de llegar a él, y es accesible para quien quiera caminar y tener alguna experiencia más aventurera, como para quien no quiere caminar ni un paso. Desde Cuzco, punto de llegada de la mayoría de los turistas, ofrecen innumerables tours. Algunos hasta de 3 o 4 días con trekkings por montañas en el valle sagrado, rafting y tirolesas, hasta el clásico tour de 2 días 1 noche, que te lleva en una trafic hasta Hidroeléctrica (6 horas de viaje tortuoso) y al día siguiente a las 14 horas te recoge. Y desde Hidroeléctrica puedes tomarte el tren por U$S48 o caminar los 10 kms bordeando las vías del tren.

Existe una opción en tren, (empresa Perurail) desde Cuzco directo hasta Aguas Calientes, para quienes quieran una experiencia ostentosa y lujosa, pero el precio también es acorde a ello, variando de U$S 190 a U$S 900. El camino desde Hidroeléctrica, desemboca en el pueblo de Aguas Calientes, donde deberás conseguir un Hotel, si es que tu agencia no te lo facilitó, pues es imposible ese mismo día poder llegar a las ruinas de Machupicchu. Pero no se preocupe que este pueblo cuenta con muchísima infraestructura para los turistas: Hoteles, restaurantes y mercaditos no faltan!

Al final de todo nuestro recorrido, desde la ciudadela de Machupichu, un guía gritando foto aquí!! El lugar de la famosa foto de recuerdo.

La ciudad Inka “Machupicchu”, está circunscrita por 5 montañas sagradas. A 2 de ellas se puede subir: al Waynapicchu (2.750 m.s.n.m.) y al Machupicchu (3.085 ms.sn.m.). Visitarla significa recorrer un camino íntegramente original, disfrutando de la geografía empinada y una flora y fauna selvática, coronando en una cima construida hace más de 500 años sin restaurar, pudiendo observar las imponentes cumbres nevadas, parte del camino Inka tradicional y sus principales puntos arqueológicos, y la Represa y la central Hidroeléctrica. Para poder ascender a estas 2 montañas se debe pagar un costo adicional, y solo hay 400 cupos, por día, por montaña.

Construcciones caracterizadas por adoptar las condiciones del terreno: una meseta de granito ¿Como han hecho a cortar, pulir y modelar semejantes rocas? Enigma sin resolver aún. Yo lo llamo: Una obra de Arte!!

La entrada no hace falta comprarla con tanto tiempo de antecedencia. En Cuzco hay 3 oficinas de ventas y hasta en Aguas Calientes (pueblo donde deberás pernoctar al menos una noche) venden tickets. Eso sí, si tu idea es visitar el Waynapicchu, debes hacerlo con al menos 3 meses de anticipación. Los precios y las opciones son las siguientes:

  • Ciudad de Machupicchu (son las ruinas): 152 soles adultos (aproximadamente us$50) y 77 soles estudiantes
  • Ciudad de Machupicchu + Montaña de Machupicchu: 200 soles (aprox. Us$65) y 125 soles estudiantes
  • Ciudad de Machupicchu + Waynapicchu: 200 soles (aprox. Us$65) y 125 soles estudiantes

Falta un último detalle… ¿Cómo llego desde el pueblo donde pasé la noche, Aguas Calientes, hasta la base del Machupicchu? Hay 2 opciones:

  • Bus: la subida comienza a partir de las 5:30 am hasta las 15:30 pm con frecuencia cada 10 o 15 minutos y la bajada desde las 6 am hasta las 5:30 pm. El costo es de us$24 ida y vuelta (78 soles) o us$12 sólo ida (39 soles).
  • Caminando: a partir de las 5 am liberan el puente para poder ascender a pie. Es un camino con cientos de escaleras, todo subida, que lleva alrededor de 1 hs a 2 hs dependiendo del estado físico de cada uno.

Te toparás con el control de ingreso, así que ticket en mano y pasaporte y llegarás a la ciudadela! Si has comprado para subir alguna montaña, debes saber que hay 2 horarios de ascenso (de 7 am a 8 am, o de 8 am a 9 am), lo que significa que deberás primero subir la montaña y luego dedicar el resto del día a conocer las ruinas.

¿Te quedó alguna duda? Escríbenos y te ayudaremos en lo que podamos!

Si todavía sigues allí, mi querido lector, ahora les contaremos nuestra experiencia. Aquí no habrá mucha información, y sí sensaciones y emociones como parte de nuestra aventura… Si te interesa, puedes viajar con nosotros!

NUESTRA AVENTURA AQUÍ COMIENZA!!

Queríamos hacer el Camino del Inka, ese que lleva muchos días caminando. Deseábamos sentir el mismo camino que ellos habían hecho muchos años atrás, deseábamos vivir una historia que podamos contar con nuestro cuerpo y mantener en nuestros corazones. Ante la imposibilidad de hacerlo, por su irrazonable precio y falta de cupos, decidimos instalarnos en el Valle Sagrado, en la cercanía del Machu Picchu, y hacer algunos trechos del camino. No sería el camino del Inca, sino fragmentos que ellos hicieron, un camino que nos preparara para llegar al objetivo final. Y así, fuimos encontrando diferentes caminos perdidos en las montañas que desembocaban en lugares venerados. Porque, créanme, hay muchos más sitios, ruinas, y vestigios que el oneroso Machu Picchu. Como las Salinas de Maras y sus 5.000 terrazas para la cosecha de Sal, Pisac y su veneración a la Virgen del Carmen, Moray y sus fantásticas ruinas.

El uso de la Sal de Maras data de miles de años, se hereda en cada familia pero se maneja en forma comunal. Está compuesto de cinco mil pozas de 5 metros cuadrados cada una. Bella vista!

Luego de unos días recorriendo el Valle Sagrado, llegamos a Ollantaytambo, donde dejaríamos la Kombi por 3 días y 2 noches, y ahora sí, comenzar la etapa final hasta el Machu Picchu. No es posible llegar hasta Aguas Calientes en vehículo, y el camino luego de Ollantaytambo es de tierra, ripio y piedras, por ello nuestra decisión de terminar allí con la Kombi y tomar una trafic hasta Hidroeléctrica.

10/7/2017: “Desde Ollantaytambo a Aguas Calientes”

7 am Lo despierto a mi compañero de esta gran aventura, armamos la cama para poder desplazarnos dentro de la Kombi, preparamos el mate, hicimos una deliciosa y energética “cookie” de huevo, avena, semillas de chía, canela y maca peruana y repasamos lo que necesitábamos llevar para la odisea, pues serían 3 días fuera de “casa”. Caemos en la cuenta que tenemos una sola mochila (pues la otra que teníamos nos la obaron un tiempo atrás), lo cual nos obliga viajar más ligero aún y a elegir muy bien qué llevar: pasaportes, tickets de entrada, cámara de foto, una remera para cada uno, 3 bananas, 3 manzanas, 3 mandarinas, 2 paltas, 1 trozo de queso, 4 panes, 3 lts de agua, un cuchillo y un tenedor, frutos secos y el inseparable equipo de mate quien sería nuestro cómplice y fiel oyente en estos 3 días y 2 noches…

Entre las 10 y las 10:30 pasarían a buscarnos frente a la plaza de Ollantaytambo. Bien dije: “pasarían”, pues nunca pasaron. Un paro docente complicaría este comienzo. Las entradas estaban compradas para el día siguiente por lo que había que llegar sí o sí ese día, de lo contrario las perderíamos, y no era un lujo que podíamos darnos. La plaza era un revuelo de turistas queriendo llegar a destino y de oportunistas aprovechando la desgracia ajena, pues éramos muchos a los que no nos habían pasado a buscar. Conseguimos una traffic que nos llevaría tras hacer algunos trasbordos. Pero no entrábamos todos! Faltaba un lugar. Lucho alcanzó a subir y la puerta de la traffic se cerró antes de que yo lo consiguiera.

Me esperaría una mototaxi, que daba unos saltos colosales, no sé si por lo fuerte que íbamos o por lo destartalada que estaba su carcaza azul, y a su altar, con una cantidad de santos que llevaba dentro necesité pedirle protección, y luego un taxi rojo para alcanzar la traffic donde iba Lucho. Persiguiéndolos, como en una cacería, sin poder comunicarme y con mucha incertidumbre, los santos de la mototaxi me escucharon y los alcanzamos!

¿Podría ir sentada aunque sea en el piso con ellos? Sí… Me lo permitieron, pero 4 horas de un camino tortuoso y sinuoso, de ripio y piedra y con un conductor, suicida dejarían mi cola y el estómago de Lucho a la miseria, que ni té de coca, ni pastillas anti-náuseas parecieron surtir efecto.

Llegamos a la famosa Hidroeléctrica! De allí existirían 2 opciones: o caminar 10 kms siguiendo las vías del tren, hasta llegar a Aguas Calientes, o pagar UD$48 al tren que te lleva, cosa ni pensada ni supuesta.

Camino desde Hidroeléctrica hacia Aguas Calientes bordeando as vías del tren. Advertencia: el tren pasa cada cierta frecuencia. Estén atentos!

Nos tomamos nuestro tiempo para hacer la caminata. A medida que avanzábamos nos dábamos cuenta de lo realmente bello que era el paisaje, de los hermosos árboles nativos, de las similitudes con la selva y el mato brasilero, con esos olores que tanto extrañábamos por familiares y conocidos que nos resultaban, de los pequeños riachuelos con agua cristalina, que aprovechamos de beber y que sabía dulce y fría como de los manantiales más puros.

  • Chh, chh… Me chista Lucho, con mirada cómplice y abriendo camino, fuera del camino, hacia un lugar escondido y me invitaba a descubrirlo.

Un río transparente, fuera del camino, en ese día y a esa hora se transformarían en nuestro restaurante y sin desentonar con los colores y frescura del entorno sacamos nuestro infaltable banquete: palta, queso casero, pan y de plato un lisa y perfecta piedra.

¡Y llegamos al famoso pueblo de Aguas Calientes! Sin ánimos para caminar mucho, en busca de un lugar para pernoctar, aparece una mujer ofreciéndonos alojamiento. Las toallas no estaban incluidas, ni el papel higiénico, ni mucho menos el desayuno, pero tras varios días de caminatas sin ducha ni agua caliente, unas paredes con manchones negros de humedad se transformaban en un pintoresco cuadro de este hotel, para nosotros 5 estrellas. Una TV para hacer zapping hasta caer rendidos en la noche y una cama donde podíamos sacar los brazos fuera, era un festín para nuestra alma.

A decir verdad no dormimos demasiado, no solo por los chiches que hacía tanto tiempo no teníamos, sino por miedo a quedarnos dormidos.

11/07/2017: “Entrada al Macchupichu”

 3:30 am ya estábamos arriba tomando unos matecitos y excitados para comenzar. Salimos sin saber muy bien dónde comenzaba el camino, pero no éramos los únicos así que seguimos a la multitud que a esa hora de la madrugada seguro iban para el mismo lugar, y de paso aprovechábamos la luz de sus linternas, que en la noche tan necesaria serían.

Una larga fila delante ¿Qué pasa? ¿Por qué no avanza la gente? Un puente que abría a las 5 am frenó nuestras ganas de caminar. Así que ya sabe, si piensan subir caminando no hace falta madrugar tanto.

A las 5 reanudamos la caminata y emprendimos los 8 kms de subida y escalinatas que nos separaban de la ciudadela de Machu Picchu. Un camino al principio agradable por el aire fresco y húmedo con olor a tierra, pero a medida que avanzábamos, los cientos de escalones se tornaban un trastorno. Nuestras piernas temblequeaban y ardían.

Cada uno sumergido en sus pensamientos, no solo porque conversar significaba cortar nuestra respiración y aumentar la agitación, sino porque el camino invitaba a la reflexión y a la introspección, encontrando la magia del silencio.

Para mantener constante el deseo y la voluntad de continuar pasito a paso a pesar del cansancio, precisábamos alimentarlos, y por algunos momentos escavar para encontrar esa determinación, saber por qué estábamos caminando y no tomábamos el bus hasta la puerta de entrada. Y en el silencio Lucho me recuerda: “Sin prisa, pero sin pausa”, mientras muchas personas nos iban pasando casi al trote, para luego volver a encontrarlos más adelante, mojados de sudor y casi sin respiración, sentados en una piedra recuperándose. Tal cual el cuento de la tortuga y la liebre…

Despacito y paso a paso las “tortugas” (obviamente que nosotros) nunca aceleraban su paso pero tampoco tenían que parar. A paso lento pero seguro, administrando nuestras energías porque aún quedaba subir los 3.000 escalones de la Montaña Vieja (montaña Machu Picchu) y caminar un par de kms recorriendo las ruinas.

Entramos y decidimos subir primero la montaña antes de recorrer la atestada ciudadela. Nuestro ticket nos indicaba que podíamos subir desde las 7am hasta las 8 am., así que a las 7 en punto comenzamos nuestro ascenso hermosamente agotador, pues ya hacia 1:30 hs. que estábamos subiendo escaleras. Los paisajes en el camino y los diferentes ángulos de la ciudadela nos dejaban boquiabiertos.

Al llegar a la cima aún estábamos solos, confirmando la excelente decisión de comenzar temprano. Toda la montaña para nosotros solos. En silencio, con un cuerpo exhausto y un alma que bailaba a nuestro alrededor repleta de felicidad, contemplamos y admiramos la séptima maravilla del mundo moderno. Nos invadió un sentimiento de que todo es posible, habíamos alcanzado el punto más alto, comenzando desde lo más bajo, gracias a nuestra voluntad y nuestro deseo. De repente unos gritos y unas risas, rompen este silencio abrasador. Fue ahí cuando comenzamos a descender, en contra del flujo y la masa.

Las nubes blancas que temprano no querían mostrar el imponente Waynapicchu y la ciudadela debajo, se corrieron y nos regalaron esta visión a 3.061 m.s.n.m., en la cima de la Montaña Macchupicchu.

De allí fuimos al Intipunku o Puerta del Sol, donde encontramos el restaurante del día con vistas VIP, en un escondite fuera del sendero, y luego a recorrer la ciudadela!! Era gracioso como cientos de guías se atropellaban para dar información diferente unos de otros. Pero no queríamos contaminar los sentidos y las emociones por el intelecto y la razón, así que decidimos alejarnos y recorrerlo por nuestra cuenta. Al llegar a casa leeríamos un poco de información.

Vista panorçamica desde la Puerta del Sol (Intipunku); la cual fue en algún momento, la principal entrada a la ciudad Inca de Machu Picchu.

12/07/2017: De regreso a Ollantaytambo

No quiero aburrirlos, pero no puedo saltearme esta última parte. Este viaje aún no termina. El regreso. Un infierno. El chofer seguía sin aflojarle a la velocidad. En realidad, empeoró. No era el mismo chofer y creo que manejaba peor. La neblina no permitía ver nada, pero absolutamente nada. Encima se daba el lujo de ir pasando a cuanto vehículo se le cruzase. Una tortura. Apretaba bien fuerte la mano de Lucho, la aflojaba y la volvía a apretar aún más. Pensé que no íbamos a poder contar el cuento. Luego de tal estrés aún nos esperaba la kombi en Ollantaytambo, y manejar hasta un pueblito a 20 kms, de noche y sin luces altas, con rutas bloqueadas a causa del paro docente, que aún continuaba. Piedras enormes imposibles de mover, cactus y espinas que pincharían cualquier neumático, pozos de una ruta sin mantenimiento y troncos quemándose, daban un aspecto macabro. Los docentes a esa hora (21 hs) ya se habían retirado, pero las rutas sucias, con aspecto de mala muerte y peligrosas estaban igual, y no había nadie para mejorar el camino. En parte desviábamos y en parte me bajaba e intentaba quitar elementos punzantes y peligrosos de la ruta. A 10 kms/hs llegamos a Maras y vino la paz.

Después de estos 3 días intensos nos queda algo para compartir… Cuando se viaja en dirección a un objetivo es muy importante prestar atención en el camino. El camino es siempre el que nos enseña la mejor manera de llegar, y nos enriquece cuando lo atravesamos.

Y si querés leer mas caminos por Perú, te dejamos aquí varias notas!

Machupichu en 30 segundos!
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2 Comments

  • Gloria

    Vaya viaje! Estamos pensando ir alli y tenemos el handicap añadido de los perros. Vemos como lo vamos a solucionar. Hay que comprar los billetes con mucha antelacion? Es todo un poco lioso como hay que llegar hasta alli. No se
    Bueno felicidades porque ustedes lo consiguieron!!

    septiembre 4, 2017 at 11:20 pm Reply
    • mariabelen

      Hola Gloria!No hace falta comprar con tanta anticipación. Con uno o dos días antes solo para asegurarse de tener lugar el día que quieran ir. Otorgan 1500 entradas por día a la ciudadela y 400 tanto a la montaña Machupichu como el Waynapichu. Pero la realidad es que hemos visto gente comprando la entrada ese mismo día desde el pueblo de Aguas Calientes, minutos antes de subir hasta la base de las ruinas. Es un poco de lío pero una vez estando allí todo es muy simple, ya verás!! Abrazo grande para los 2 y buenas rutas!!

      septiembre 7, 2017 at 5:17 pm Reply

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