InDIARIO DE VIAJE, EL SALVADOR

PASO FUGAZ POR EL SALVADOR

El Salvador

DÍA 1: “Playa El CUCO”

Pasamos Hondura más rápido que una bala. En 3 horas cruzamos de una frontera a la otra, aunque nos quedamos con ganas de más. Para entrar a El Salvador no nos cobraron nada. Alivio! Porque veníamos pagando en cada entrada y salida del resto de los países de Centroamérica. Fuimos directo a Playa el Cuco, en el Pacífico.

Había un evento de kombi y vochos Volkswagen y queríamos aprovechar para vender, pero llegamos casi de noche y la cerveza había mareado a muchos. Eran 3 días de convivencia con juegos y actividades a horarios pactados, cervezas y carne al asador, premios y sorteos. Compartimos un rato, presenciamos un juego que consistía en beber una cerveza, dar 10 vueltas a un palo y llevar a cocochito (sobre la espalda) al compañero a la meta. Los premios eran cosas necesarias para estos clásicos: embudo para cuando te quedas sin gasolina (algo que pasa a menudo porque generalmente está roto el marcador o no hay dinero), antenas para radio, triángulos, etc.

Convivencia entre fans de Volkswagen, en Playa El Cuco.

Esa noche fuimos a comer las famosas “pupusas”. 3 x usd1. Las primeras de muchas, pues son tan baratas, ricas y llenadoras, que no dieron ganas de prender la cocina nunca durante las 4 noches que pasamos en El Salvador. Son de maíz rellenas con diferentes ingredientes: revueltas (con carne de cerdo), de frijol con queso, mora (tipo espinaca), ajo, hongos, ayote (como un zapallito). Hasta nos fuimos a un “pupusódromo”, que te contamos más abajo, a probar las más ricas del país, donde se elaboró la pupusa mas grande del mundo (salió en récord Guinness) con 92 kg. de masa, 18 kg. de queso y 40 kg. de chicharrón. Se comen bien calientes y con la mano. Así que salimos de El Salvador casi sin yema en los dedos (bue, digamos que puedo estar exagerando). Se acompañan con repollo, que se come con la mano también, y salsas.

De habernos quedado más tiempo en el país, habríamos ganado varios kilogramos de tanta pupusa.

Luego de las pupusas fuimos a dormir en la calle, frente a la playa. Aunque dormimos poco, porque se estacionaban autos detrás, y bajaba el conductor y los acompañantes ebrios. No nos sentíamos para nada seguros, no porque nos roben, sino porque nos choquen. Aquellos autos se parqueaban a toda velocidad detrás de la kombi, nos encandilaban con las luces altas y nos despertaban de un sobresalto. Descendían con cervezas, hablaban arrastrando la palabra y a los gritos (bien de borrachos), y volvían a salir. Cortamos clavo toda la noche.

DÍA 2: “Laguna Alegría”

Al otro día, tras saludar a los amigos vocheros, vendimos stickers y salimos a la Laguna Alegría. En el pueblo, que lleva el mismo nombre que la laguna, estaban de fiesta pero según ellos todos los domingos de diciembre eran así. Luces, colores, música y hasta pista de baile, puestos callejeros llenos, pupuserías sin lugar para sentarse, árboles adornados. Ahí estaba yo, buscando alguna fruta para el desayuno, entre puestos callejeros de frituras. Volví con las manos vacías de comida sana, pero no pude resistirme a las pupusas. Como todas, tan calientes que saca ampollas, con repollo y salsa de tomate en bolsa.

En la Laguna, a 1.600 m.s.n.m, nos dimos una ducha desnudos, con el viento que nos secaba y la luna llena que nos alumbraba. Acampamos solos, en el cráter del volcán, con una paz que solo se siente cuando estás en el corazón de la naturaleza.

Laguna Alegría, formada en el cráter de un volcán. Lugares donde más disfrutamos: en la naturaleza.

DÍA 3: “Pupusódromo en Olocuilta”

VERDE como el musgo. Ese era el color del agua cuando despertamos. Cerca del mediodía el verde ya era fosforescente. Hay una caminata de 1 hs 30 ´ para ver la laguna desde lo alto, pero preferimos contemplarla en ese lugar. Solo necesitábamos un café y quietud.

El plan de ese día era llegar hasta Oloculita, a 200 kms de la Laguna, para comer las mejores pupusas del país, hechas de arroz y de maíz. Pero no llegamos y paramos en una gasolinera 86 kms. antes de lo planeado (CONSEJO: no planeen tanto que el destino se te caga de risa cuando más lo haces), donde el guardia armado nos dijo que estaba esperando un refuerzo con armas.

La zona no era segura, pero en la la gasolinera con personas armadas hasta los dientes, era el único lugar a la redonda más o menos seguro. Nos pidió una colaboración de usd 2, que luego no aceptó. A cambio nos pidió que levantemos la tapa del motor fingiendo que andaba mal. Su jefe vigilaba las cámaras de seguridad y le pediría explicaciones. Esa noche nos bañamos escondidos en una esquina de la gasolinera, con bastante frío por la altura.

Las pupusas más baratas y ricas de todo el país! 4 por usd 1. También hay pupusitas, más chiquitas pero por usd 1 te dan 8!!

DÍA 4: “Cerro Verde y Santa Ana”

Anduvimos como bola sin manija (significa andar de acá para allá, sin saber qué hacer). Salimos para el Parque Nacional Cerro Verde, a escalar la cima del volcán Santa Ana a las 11 a.m. Al volcán solo se puede subir escoltado por policías, en ese horario. No hay otro. Al llegar al parque cobran usd 3 a cada uno + usd 1 por la kombi. Unos 300 metros más adelante, deberíamos pagar usd 6 cada uno para subir el volcán + usd 1 al guía. La caminata se suspendió por mal tiempo.

Seguimos rumbo a la Laguna Coatepeque, tras un camino de 2 kms. de piedras sueltas. La panamericana está llena de basura, y las demás de baches. Frente a la Laguna no se puede estacionar, esta ocupado por bares y restaurantes. Así que fuimos a la ciudad de Santa Ana, al restaurante de un argentino “Che Pibe”, que estaba cerrado y nos quedamos con las ganas de comer algo bien argento. Había sido un día para no hacer nada. Así que, como todas las noches dentro del país, tocó comer pupusas.

Al otro día salimos de El Salvador, rumbo a Guatemala, por la frontera de Las Chinamas (si viajas por el CA 4 (conformado por Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala y Belice haz click en esta guía para saber lo que necesitas ! ). Fue rápido e intenso el paso por El Salvador. Pero conocimos lo que queríamos conocer, nos sorprendimos de que sea un país de frío y calor por la cantidad de volcanes y nos llevamos una barriga bastante pupuda de tanta pupusa!!

En la salida de cada mercadito encuentras estas planchas bien calientes, listas para hacerte las pupusas en el momento!

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